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¡Mes del Orgullo Orgulloso!

junio 01 2022

Una noche de octubre estaba caminando de regreso a mi casa, cuando en la acera opuesta veo a una niña de mi edad que se dirige en la misma dirección. Lo primero que le vino a la mente es el coraje que debe tener para caminar sola por una calle oscura de noche. Caminé al mismo paso en mi acera, como una forma de hacerle compañía. Al mismo tiempo, pensé cuánto sufrimiento y acoso han atravesado las mujeres y también cuánto han logrado en tan poco tiempo debido a su continua lucha, así como el camino que aún les queda por recorrer para lograr la verdadera igualdad.

Y ahí me di cuenta que las personas que pertenecen al movimiento LGBTIQ+ también han sufrido mucho, tanto a nivel individual como colectivo, y que fue gracias a todas las personas que salieron a la calle, se visibilizaron a sí mismas y a su lucha, que hoy tenemos derechos y una mejor calidad de vida.

Pero yo, que a mi edad nunca había participado en ningún movimiento, ¿tengo derecho a estar orgulloso? Era un concepto que nunca había cuestionado hasta esa noche.

En cuanto a mi experiencia personal, como uno es consciente de que su orientación sexual es diferente a la esperada por la sociedad, existe un miedo permanente a ser descubierto, debido al odio y discriminación constante que se puede vivir en el hogar. , en la escuela o en cualquier entorno social. Al menos durante la adolescencia de los que somos millennials (creo y espero que hoy por suerte sea muy diferente y para mejor) la escuela era uno de los peores lugares para un adolescente LGBTIQ+, el bullying diario puede llevar a situaciones muy extremas. Para muchos, lo que sucede en el ambiente escolar representa todo su mundo, y el vivir en una situación constante de amenaza, explica por qué hay jóvenes que no lo toleran y deciden suicidarse. El acoso se puede atribuir a cualquier aspecto de la vida de una persona, ya sea su físico, etnia, sexualidad, etc.

La suerte no estuvo a mi favor, y por supuesto durante años tuve que soportar el acoso de los demás, a pesar de nunca haber revelado mi orientación sexual, y eso lleva a uno a sentirse opuesto a lo que podría experimentarse como orgullo.

En mi casa no todo fue fácil al principio, pero hoy la aceptación es más que completa.

Todo esto me llevó a pensar: ¿cómo es que nunca había estado orgulloso de lo que soy hoy? Gracias a la lucha interna, a la lucha diaria por sobrevivir en un ambiente que muchas veces se siente hostil, a la lucha colectiva de miles de personas que enfrentan el sistema político y social para garantizar los derechos de la comunidad LGBTIQ+, hoy puedo decir que me siento orgullosa. de lo que soy, orgullosa de poder tomar de la mano a la persona que elijo, de vivir mi sexualidad con libertad, sin importar lo que digan los demás. Y esto lleva a una pregunta que me hacen muchos heterosexuales: ¿es necesario el día del orgullo y el desfile? Y la respuesta es "sí, es necesario". Es por ese día y por los anteriores que venimos a manifestar que existimos, que no somos parte de la heteronormatividad, que somos personas y que exigimos los mismos derechos que cualquiera.

Y finalmente, un poco de historia, ¿dónde comenzó todo esto? En los Estados Unidos, reunirse en un bar gay era ilegal, podías perder tu trabajo, ir a prisión o sufrir una terrible paliza. Fue en un bar llamado Stonewall, el 28 de junio de 1969, hace apenas 53 años, donde por primera vez personas del movimiento LGBTIQ+ se enfrentaron a la policía, siendo este el generador del primer movimiento LGBTIQ+ por los derechos en EE. mundo. Y es por esto que en esa fecha se conmemora el día del orgullo.

Mes del orgullo orgulloso.

Amor,

Doctora Merkel